Haz que la tecnología realmente funcione en tu proceso de capacitación
Cuando hablamos de tecnología y capacitación muchos nos preguntamos:
- ¿Estamos únicamente reaccionando a la crisis?
- ¿Por qué en mi organización genera temor utilizar tecnología para la capacitación?
- ¿Estamos utilizando la tecnología de forma significativa en la capacitación?
Cuando tomamos notas en un cuaderno y posteriormente decidimos que tomaremos notas en una tablet, puede sonar a “estamos incorporando la tecnología”.
Y sí, pero… ¿a qué costo? Si utilizar tecnología no entrega un valor adicional estamos realizando la misma actividad solo que a un costo mayor, porque la actividad no cambia de forma significativa.
Haz que la tecnología realmente funcione en tu proceso de capacitación. Aquí platicamos al respecto.
La crisis actual
La aparición del coronavirus aceleró drásticamente el proceso de integración de la tecnología en la capacitación.
Muchas organizaciones, ante el impedimento de continuar con su plan de capacitación presencial, no tuvieron tiempo de implementar un modelo bien estructurado de educación a distancia.
Se vieron en la necesidad de realizar un manejo de la crisis e iniciar o acelerar la adopción de tecnología en sus programas de capacitación.
Como resultado de esto vimos el boom en el uso de las plataformas de videoconferencias con la finalidad de sustituir el aula.
Es muy probable que después de esta crisis haya un mayor énfasis en el aprendizaje digital, incluso aunque el regreso a los espacios físicos y las reuniones cara a cara sean posibles.
Un plan de capacitación y tecnología bien estructurado.
Haz que la tecnología realmente funcione en tu proceso de capacitación tomando en cuenta todos estos cambios y entendiendo cómo iniciar con la estructuración de un plan bien diseñado para trasladar o complementar los procesos de capacitación de nuestras organizaciones y así saber que la incorporación del uso de la tecnología no tiene que ser un tema ni doloroso ni costoso.
El modelo SAMR
Una gran herramienta para esto es el modelo SAMR, desarrollado por el Dr. Ruben Puentedura.
Es el acrónimo para:
- Substitución: La misma tarea pero con tecnología (La misma tarea pero con tecnología en lugar de un cuaderno un procesador de textos).
- Aumentación: La misma tarea pero con funcionalidad extra. (El documento se guarda en la nube y se accede desde cualquier sitio).
- Modificación: Rediseña parte de la tarea (Para el ejemplo del texto, se puede compartir el documento en la nube y volverlo un documento colaborativo, con varias personas compartiendo cambios, comentarios y realizando mejoras al texto).
- Redefinición: Crea una nueva tarea antes inimaginable sin tecnología. En el ejemplo del documento este se puede transformar en un blog cooperativo no solo con la comunidad si no con contenido también de expertos de otros lugares y organizaciones, donde la gente pueda subir contenido referente al tema no solo en texto, también multimedia con (video, imágenes, audio, etc.) compartirlo y recibir retroalimentación.
Los primeros dos pasos se consideran como mejoras y los siguientes dos se denominan pasos de transformación.
Diseña actividades de acuerdo a tu organización
Con el modelo SAMR nos ayuda a estructurar e incorporar el uso de la tecnología diseñando diferentes actividades.
El fin de este modelo no es que todas las actividades tengan que llegar al punto de ser redefinidas y sean sofisticadas.
Encuentra tu balance perfecto
El modelo nos ayuda a clasificar y diseñar estas actividades dependiendo de:
- Los objetivos de capacitación,
- El contenido y
- El grado de maduración y aceptación de la tecnología en los colaboradores de nuestra organización.
En algunos casos agrega mayor valor a la capacitación tener más actividades de sustitución o aumentación para iniciar y en otras el tema, la audiencia o la necesidad de generar mayor compromiso podría requerir mayor innovación con actividades de modificación y redefinición.
Tip: Si los colaboradores se resisten a los cambios tecnológicos, hay que enfatizar los beneficios no solo las áreas de capacitación, si no para toda la organización.
Con las direcciones (muchas veces encargadas de patrocinar estos proyectos) se pueden mostrar los beneficios en reportes y seguimiento en tiempo real.
Para los colaboradores la flexibilidad y disponibilidad de la información para personalizar la capacitación de acuerdo a sus horarios y necesidades, y un repositorio para consulta. Adicional a esto la posibilidad de desarrollar habilidades enfocadas a un plan de carrera y crecimiento profesional.
Conclusiones finales
Realizar un diseño de actividades con el modelo SAMR provee una técnica de planificación para avanzar en los diferentes grados de adopción de la tecnología en la capacitación acorde a tu organización.
Lo que resulta en que la tecnología que utilices sea más significativa y no el uso por la crisis o simplemente por el uso en sí mismo.
Para esto último, haz que la tecnología realmente funcione en tu proceso de capacitación preguntando si la tecnología que estamos incorporando está o no mejorando el proceso de aprendizaje y en qué grado.
Incorporar tecnología puede transformar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Se pueden generar una serie de cambios curriculares, pedagógicos, didácticos y evaluativos.
La tecnología incorporada con valor ayuda a crear y ampliar experiencias de aprendizaje que estimulan al alumno para la construcción de conocimiento con autonomía y responsabilidad.
Mientras que al capacitador le dan un amplio abanico de herramientas y posibilidades para la elaboración de materiales y experiencias educativas.
Compartenos cuales han sido tus experiencias incorporando tecnología a tu proceso de capacitación y qué retos tienes con ello.