Cómo redactar objetivos: Guía para la Taxonomía de Bloom
¿Te has preguntado cómo lograr que alguien aprenda? En ocasiones tenemos en mente crear actividades espectaculares con recursos perfectamente diseñados, un entorno ideal para propiciar que todos aprendan, sin embargo a la hora de llevarlo a cabo, puede que nos sintamos confundidos sobre dónde empezar. Aquí te decimos cuál es el primer paso para redactar objetivos utilizando una guía para la taxonomía de Bloom.
Primero debemos reconocer que el conocimiento complejo no se construye de la noche a la mañana, debemos irnos aproximando sucesivamente al aprendizaje esperado. Es decir, debemos crear pequeñas tareas, que vayan de lo más simple a lo más elaborado. El aprendizaje es como un conjunto de bloques de construcción, aislados son sólo ladrillos, sin embargo al ensamblarlos pueden crear las construcciones más ingeniosas que imagines.
¿Cómo empezar a redactar objetivos? Aquí una guía para la taxonomía de Bloom.
Hoy te mostramos un método clásico y muy reconocido para redactar objetivos. Fue propuesto por Benjamín Bloom en 1956, la famosa taxonomía que consiste en una pirámide del aprendizaje que lo clasifica de lo más simple hasta lo más complejo. En la base encontraremos aquellos procesos mentales más fáciles de alcanzar y conforme avanzamos a la cima hallaremos niveles cada vez más complejos.
Interactúa con la imagen para que conozcas los seis niveles.
¿Cómo usar cada nivel de aprendizaje?
1. Recordar
La materia prima de la mente es la información, antes de hacer cualquier tarea necesitamos tener datos para trabajar. Debes activar la memoria de tus colaboradores, esto puede lograrse cuando les haces preguntas sobre hechos o algún método que ocupan, o simplemente cuando les pides que piensen en la definición de algo.
2. Comprender
En el siguiente escalón, no basta con recordar la información sino saber qué significa, poder usarla para explicar algo, proponer ejemplos para que otros alcancen la comprensión de lo que estamos proponiendo. Se pone en juego saber las relaciones entre los elementos y poder hacer procesos de generalización.
3. Aplicar
Seguimos subiendo en complejidad, sin embargo este nivel y el anterior de compresión están íntimamente relacionados. Además de comprender el contenido o el tema, se debe ser capaz de trasladar lo aprendido a casos particulares, es el brinco entre lo teórico y lo práctico, poder resolver problemas a través de lo aprendido.
4. Analizar
El cuarto nivel se encuentra ya en la categoría de mayor complejidad, ya que es más elaborado, parte de un problema dado en el que tenemos que descubrir sus componentes y relaciones. Además se deben hacer inferencias de los resultados obtenidos y justificar ante los demás nuestras conclusiones.
5. Evaluar
Antes era el nivel de síntesis, en el que los resultados debían dar lugar a nuevas propuestas, modelos o planes a desarrollar. Sin embargo los alumnos de Bloom optaron por denominarlo evaluación. En este nivel se busca dar validez a las ideas, generar criterios para emitir juicios además de tener elementos para justificar las propias propuestas.
6. Crear
Es el más alto de los niveles cognitivos, y se encuentra en la cima porque se trata de producir e innovar a partir de lo aprendido. Es difícil acomodar las cosas de forma diferente para crear algo nuevo, salir de lo conocido y proponer nuevos modelos que aporten al equipo, empresa o políticas.
Conclusiones
Así que recuerda si quieres hacer cosas tan complejas como la innovación, antes habrá que trazar el camino del aprendizaje, pasando por cada nivel para garantizar que lo que se aprenda quede bien edificado en la mente. Si bien es un reto, recuerda que con objetivos cortos, reales y alcanzables, también favorecen la motivación de los participantes.
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9 septiembre, 2021 9:20 am